En Ñiquén usted puede encontrar zapatos
urbanos, completamente tejidos y armados a mano, con una técnica creada por la
diseñadora industrial Esmirna Bravo. Conózcalos.
Cuando Esmirna Sthephanie Bravo Sepúlveda,
fundadora de Factoría Izmir, cursaba la carrera de Diseño Industrial en la
Universidad del Bío Bío, siempre supo que lo suyo no sería trabajar para una
empresa o apatronada, sino que muy por el contrario ella estaba dispuesta a
luchar por emprender e innovar, quería poner todos sus esfuerzos y anhelos en
eso.
Con este tema muy en claro y gracias a los
conocimientos adquiridos en el ámbito de la fabricación de calzado de cuero, un
buen día se le ocurrió cambiar el material de la capellada (envoltura) por
tejidos de lana a crochet de hermosos colores, pero utilizando el mismo tipo de
armado y calidad. Así nació este emprendimiento que ya lleva más de tres años,
ahí serena y afanosamente trabajado en el corazón de la comuna de Ñiquén, como
una joven que no ha tenido miedo a emprender e innovar tal como se lo enseñaron
en su casa de estudios superiores, según ella misma cuenta: "No he querido
trabajar en una empresa, he preferido emprender y a pesar que los resultados en
un principio fueron lentos, lo cierto es que gracias a las redes sociales y
también al boca a boca de mis propios clientes, la fama de mi trabajo se ha ido
extendiendo afortunadamente".
Otro punto importante a destacar, en la
carrera de esta ñiquenina, es que precisamente ella no ha querido abandonar el
pueblo que la vio nacer, sino más bien dar el salto comercial basada y
respaldada en los esfuerzos que realizan otros emprendedores y organismos de
Ñiquén, como por ejemplo la Ilustre Municipalidad que desde hace un tiempo la
ha estado invitando a diversas ferias y muestras artesanales, donde ha iniciado
el contacto directo con las personas, contando su experiencia y respondiendo a
todas las inquietudes de los interesados por adquirir sus productos, es que
verdaderamente la calidad salta a la vista, así como el cariño, cuidado y
delicadeza de cada una de sus piezas.
"Mis zapatos son totalmente urbanos, es
decir que es posible usarlos sin temor sobretodo los días de mucho frío, solo
son privativos de la lluvia, pero quienes adquieran mis zapatos pueden estar
seguros que se trata de un producto que no tiene nada que envidiar a otros de
marcas más conocidas. Y es que el tejido no es una aplicación para mí, sino más
bien es el centro del calzado, pero lo que me tiene más orgullosa es que se
trata de un trabajo único e inédito, yo no lo saqué de Youtube ni lo copié de
otros países, sino que desperté un día con la idea entre manos y comencé a
desarrollarla", aseguró la misma Esmirna.
Sobre sus tejidos, la emprendedora nos contó
que aprendió de su propia madre, como a los catorce años y desde ahí no ha
parado y fue lo mismo, su seguridad en sus manos lo que la motivó para iniciar
su proyecto. "Este es un trabajo que no se encuentra en cualquier tienda y
es la aprobación de la gente que me agrega a Facebook o me hace pedido por
Internet lo que me mantiene motivada a seguir creando y a continuar
emprendiendo, incluso ya tengo un fanpage que me permite mantenerme comunicada
con mis clientes y a su vez con sus conocidos, y así vamos sumando
adeptos".
Esmirna Bravo ya está recibiendo pedidos de
otras regiones, incluso desde la Región Metropolitana, Concepción y otras
capitales del país, es que se ha ido corriendo la voz de este producto, de lo
novedoso que resulta encontrar un zapato tan cómodo como estos que fabrico,
también estoy trabajando en elaborar otros productos como carteras, con las
mismas técnicas, mezclando el cuerpo para darle mayor potencial.
El calzado de Factoría Izmir además está
forrado por dentro con una tela térmica que se denomina panal, que es térmica
y con doble acolchado lo que en definitiva le permite mantener la temperatura
adecuada y sin humedad.